mayo 05, 2008

Adios vaciones, Porfin!!



Levantarse temprano no es usual para el Dast, lo fue en días anteriores pero eso termino el setiembre pasado. Después de casi 7 meses de ocio disimulado para que los vecinos no molestaran a su familia, el Dast se había hartado de esperar tanto por sus clases. Con el despertador programado y confiando que ningún “apagón” malograra el plan para ese día pues ya eran las 00:17, se fue a dormir. Logró despertar temprano pero el frio de esa mañana de mayo le invito a pasar un momentito más en ese cómodo lugar. La esperanza de una nueva oportunidad brillaba en sus opacos ojos. 30 min en la esquina de la vuelta y el bus que no llegaba, mirando su reloj despintado confirmo que era lo mismo de siempre, estaba tarde. Sacó las manos de la casaca para llamar al bus; repleto de escolares y todos los que bajaban “la otra esquina numas!”, por eso la puerta estaba más que repleta. Miró el reloj nuevamente y se resigno a trepar como pudo y agarrarse de donde lograra conseguirlo mientras el Fercho despiadado arrancaba sin impórtale siquiera si su cobrador había subido. Ya con el viento en su cara juro al igual que siempre: “ptm! mañana salgo más temprano”.

Ya en la Universidad el “watchman” le pidió su carnet a lo que el Dast respondió: Soy cachimbo, chino. Se disponía a entrar cuando de pronto la puerta cerró y el susodicho “guachimán” le dijo que sin carnet no pasaba nada. Reclamó pero la falta de lógica y comprensión por parte del individuo en cuestión terminaron por hartarlo. Apresuró el paso y entro por la puerta principal sin requerimiento alguno. Finalmente llegó a su pseudo escuela de Ing. Mecatrónica donde sus “compañeros”(no es fácil ser amigo de alguien que siempre está queriendo serrucharte), infinitamente más puntuales que él, miraban el periódico mural de secretaria. Ni bien llego su amigo grito: Por las webas has venido, no hay profe… De todas maneras se acercó y empezó a criticar tan mala costumbre de los catedráticos de esa U. Una vez terminado su reclamo vio con preocupación que tres de los seis cursos que tenia que llevar no tenían horario establecido. Se rió de costado como siempre que su frustración llega al límite. El Dast y su nueva mancha decidieron dar un paseo por la desolada universidad. Dos o tres parejas que a pesar del frío daban el espectáculo de del día con sus maniobras y técnicas de lavado facial. Continuaron caminando y riendo con tristeza la falta de chicas en su escuela, pero planeando no dejar de visitar facultades que las tenían y hasta por gusto. Luego hablaron de videojuegos y el Dast humildemente decía que solo había jugado 5 juegos en su vida, sin mencionar lo adicto que era a todos ellos para no causar la impresión de vicioso. Sus amigos menos disimulados narraban sus fascinantes aventuras en mundos del PS2 y PS3, muy alucinantes pero al final; mentira. Hablaron de la serie “Misterio” y lo bueno que fue el final de la misma. La mañana seguía tan fría como al principio y pensaron que era hora de sacar la vuelta. Y el profesor…el profe nunca dio señales de vida…

En el micro de regreso a casa, prefirió no mirar el mismo de paisaje de siempre y se puso a dormir. Tenia cierto miedo de que le robaran, pero no tanto como para quitarle el sueño. Además que le podían robar a parte de sus Adidas desgastadas y un reloj Q&Q original pero despintado y con algunos leds malogrados.