enero 31, 2016

Enjoy the silence

No teníamos una justificación para encontrarnos, no la necesitábamos. Por momentos no teníamos tema de conversación pero no sentíamos aburrimiento, por el contrario era cuando más reíamos.  Caminábamos de madrugada por las calles vacías, caminábamos a ningún lado, lo hacíamos en silencio. Nos abrazábamos en medio del aire frío y húmedo, compartíamos el frío en nuestras manos y la niebla en nuestros rostros. Automóviles interrumpían la soledad y desaparecían en la distancia con sus faros rojos  y amarillos. Creíamos en un futuro lleno de ilusiones y esperanza, nada parecía imposible, el camino era claro solo hacía falta caminarlo.
Ya ha pasado algún tiempo desde esas madrugadas y todavía recuerdo muy bien las calles vacías, el aire frío y húmedo, los faros de los autos, la ilusión de un futuro, pero solo extraño una cosa: su sonrisa en medio del silencio.
Trujillo, 20 de octubre 2015