septiembre 22, 2008

Bancas rojas y una cronica mal hecha



Semana santa o bueno desde jueves santo suelen ser fechas que difícilmente pasan desapercibidas. En el 98 jugando en la oscuridad, tropecé y termine golpeando un bloque de cemento; como consecuencia termine con la cara llena de sangre y una herida que necesitó de 3 puntos, además tuve que usar un parche cerca al ojo derecho por casi una semana. En el 99 tenía 9 años y con el pretexto de ir a misa logre salir de casa, pero solo fue para ir a jugar Mario Bross en nintendo. El siguiente año si llegue a ir a misa, recuerdo que era una tarde nublada y en el templo todo estaba igual que siempre; el cura (lástima que no era Gonzalete) dormía y a la vez daba su sermón. Un pequeño temblor seguido por otro de mas duración e intensidad hicieron de esa apacible tarde un loquerio; señoras que armadas de sus rosarios pedían por sus vidas y otros más extremistas predecían el fin del mundo.
Años más tarde…solía ir a jugar partido o ir a jugar starcraft en las cabinas G&C…pero luego de terminar la secundaria por alguna u otra razón terminaba por emborracharme. Y siempre recordaba que cuando niño odiaba a todos los borrachos que veía y hasta llegue a jurar que nunca llegaría a tomar.

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Eran las 3 de la tarde y Popeye no llegaba, Balis había llamado minutos antes para confirmar su asistencia y el churre me mandaba mensajes de texto cada 5 minutos para decir que lo esperaran en la puerta. Los TEDIDOGs habían planeado tocar luego de varias semanas sin verse. La batería ya estaba lista al igual que la guitarra eléctrica; para destruirnos los oídos (pero más a mis vecinos). Balis fue el primero en llegar, minutos más tarde llego el churre con un libro del Cepunt (Cepont si algún día lees esto) bajo el brazo como para decir que el estudio iba en serio. Popeheller como siempre fue el último en llegar. No recuerdo por qué nos quedamos un rato más en la calle y fue en eso cuando llego “caballo loco” Galo y su fiel mascota canina (humano) “Yuseff”. Venían con el objetivo de juntar gente para una chupa que organizaba “el cholo waton” en la playa de Chicama.

Los Tedidogs aceptaron la oferta y me esperaron un rato mientras sacaba mi mochila con un poco de ropa y dinero para el viaje. Llegamos a la Noria, el barrio del perro, y Popeye llamo a su casa para pedir permiso y para suerte nuestra contesto su hermana, porque si hubiera sido su madre, estas líneas jamás habrían sido escritas. Para sorpresa nuestra al churre le negaron el permiso y Balis mejor ni llamo porque se quedaba sin pasaje, así que solo se quedo un rato más.
Eran las 8 de la noche y Yo tenía hambre. Seguíamos en la Noria esperando que Galo dejara de afanar a Frida y que el Pollo despuntara a su estrellita. El cholo llamó y preguntó por qué todavía no llegábamos y nos dijo que nos esperaba en Paijan( Galo nos mintió no era Chicama). En el taxi rumbo a la salida para el norte, mi mirada dirigida hacia los autos furiosos y la gente indiferente no lograba hacerme olvidar a alguien que ansiaba, pero no podía ver. Ya en la salida, abordamos el primer bus que llego pues los ladrones de la zona ya nos habían marcado y no queríamos roches.

Popeheller iba al lado mío, Galo iba junto con el gordo (que no mencione antes porque faltarían líneas para describir este adiposo personaje), el pollo estaba junto al perro y Yo estaba junto a la ventana. Volví a mirar instintivamente a los carros ahora más inofensivos y a la gente que inconscientemente caminaba a esas horas por Trujillo. Creo que llegue a adoptar ese instinto para recordar a ese alguien. Me quede dormido cerca de media hora y Rocketman sonaba en mis audífonos:

I’m not the man they think I’m at home…I’m a Rocketman!!!

Héller (popeye) conversaba con Miguel (pollo) y por detrás no se que hacían el gordo y Galo. (el perro: no sé porque nunca me intereso lo que él hace). Llegamos a Paijan y grande fue mi sorpresa al saber que Paijan no tenia playa.

Eran las 11:30 pm y parecía que la ciudad recién despertaba. Nos dimos cuenta de que por donde mirábamos miradas de odio encontrábamos (sí me vacila Yoda), eso hizo que nos pongamos alertas y me hiciera dudar si en verdad quería seguir con esa aventura. En eso llego Pepe (cholo panza de borracho o simplemente cholo waton) con su hermano Lucio y un gil más. Lo primero buscamos fue un lugar donde comprar licor, ajustándonos a lo que se junto con la chancha solo podíamos comprar ron si queríamos emborracharnos a morir. Cuadras más abajo de la tienda de licores y pasando por varias calles desoladas, llegamos a una calle diferente a las demás, llena de arboles hasta donde se podía ver y sin más iluminación que 3 postes a medio alumbrar. Era ya medianoche y estábamos ansiosos por ir a la playa, para lo que tuvimos que pagar un par de mototaxis, lo que nos costó 40 lucas, que era un duro golpe a nuestro bolsillo. Antes de tomar la moto unos faites nos miraban al otro lado de la calle y el Gordo… el Gordo se cagaba de miedo. Yo me extrañe porque el gordo siempre decía que regreso de España por estar involucrado en pandillas y drogas…Galo se rio…Gordo maricon y así te la dabas de papi en España? fue lo que le dijo, yo como siempre me preocupe poco porque no tenía mucho que perder, salvo un susto quizá…

Pasamos rápidamente los arboles que eran menos de los que pensé, Héller que iba junto a mí en la parte trasera de la moto porque el Gordo ocupo dos asientos de adelante y el pollo entro como pudo. Los lugares donde estábamos sentados no eran precisamente eso, sino eran simples protectores de las llantas traseras hechos de fierro, fierro que nos hacia aun mas jodida la aventura. Cada desnivel en el camino sin asfalto hacia que nos balanceáramos como en el Tagada y el Gordo era el que tenía que equilibrar con su peso (de allí se inspiraron los del Taipei 101). Luego un par de desbordes de agua me hicieron pensar que buscaríamos otro camino, pero para el conductor it was not a big deal, así que nos metimos igual y por poco y nos quedamos en ese pantano. Kilómetros después unos ladrones recaudaban fondos para la noche de un auto pituco, nosotros indiferentes ni siquiera paramos un rato para sapear.

La luna iluminaba de una manera extraña el camino, pensé que podría ser un buen lugar para caminar y que hasta me hubiera tomado una foto allí. Una frenada hizo que volviera en mí y me sostuviera suficientemente como para no salir volando en el siguiente bache. Una innecesaria competencia de velocidad entre las motos del camino, me obligaban a sujetarme a los fierros oxidados que sostenían el techo. Tenía miedo pero no se lo podía decir a nadie, solo esperaba que la comida fuera tan buena como es costumbre cada vez que Pepe invita.

Llegamos a la playa, playa que en el camino yo había alucinado de ptm…pero al ver la realidad recordé que a una playa que se llega en mototaxi no podía ser lo que había pensado. Sentí un gran alivio al bajar de la moto y di gracias de poder haber llegado entero.

Repito que el paisaje no era tan prometedor, pero yo no estaba de turista, yo solo vine a comer y chupar a morir olvidándome que era jueves santo y que yo tenía planeado asistir a misa. En la casa de Pepe su familia gozaba de lo lindo al ritmo de Caribeños de Guadalupe. Nos hicieron pasar y un hedor espantoso hizo que casi perdiera la noción, dejemos nuestras cosas en un cuarto y el hedor seguía jodiendome. En la sala la madre de Pepe nos invito cordialmente una copita de anisado, yo siempre le he tenido mucho respeto (entiéndase respeto como pavor) a los tragos incoloros pero no recuerdo porque llegué a aceptar el trago. La señora me comento que estaba extrañada que mi Nena (mi mamá) me diera permiso, agregó que tenia fotos mías en el baile de promo y que si quería podía hacerme una copia del video. Salimos de la casa y el anisado hizo que por poco y hundiera el pico, alguien me jalo y pude seguir con el grupo.

En la orilla hicimos una fogata al costado de una carpa. Todo iba normal pero yo tenía mucha hambre y el trago termino por tumbarme antes de lo previsto (que no era mucho). Estaba descansando recostado cuando el perro empezó a joderme con arena, me levante y me atreví a perseguirlo con ánimos de sacarle la misma mierda, cosa que jamás hubiera hecho en mis años de escolar; donde el perro era uno de los mas locos peleando y yo simplemente evitaba quedar en ridículo. Pero ahora algo era diferente, nada había para que yo me reprimiera. El perro empezó a correr al ver la furia de mi actuar, llegué a caerme en la arena varias veces ya que estaba un poco borracho. Lo llegué a atrapar y empezamos a jugar con llaves, hasta que me llego a tumbar y recordé porque la basura de profesor de educación física le decía Ranger. No le di tiempo a adelantarme, me levante y me senté en la fogata nuevamente.

Heller estaba tocando con su guitarra algo que no recuerdo pero no cantaba, no cantaba porque en los Tedidogs Yo era el único loco que tocaba la batería y gritaba pensando que eso era cantar. Varias veces Heller intento cantar pero Balis terminaba por callarlo y yo siempre decía que sería mucho mejor si todos cantáramos pa’ evitarme un poco el roche. Me senté a su costado, me miró y le dije: Ya Pope;”Eras tú”, 1, 2, 123 va… Heller arranco la canción con D y me di cuenta que haber ensayado había tenido algo de sentido, a media canción olvide la letra y acabe la canción como pude. Ahora Popeheller dijo: Ya “pienso en ti”…y Yo: 1, 2, 123 va…

Pienso en ti cada vez que no estás aquí, lloro así cada vez que no estás aquí.

El trago hizo que me atreviera y gritara con confianza y sentimiento, menos mal que mi hilito de voz no me abandono y pude terminar legalmente la canción, aunque también olvide un poco la letra. Heller me dijo que le dolían las manos y Galo cogió la guitarra. Fue cuando recordé que a pesar que Heller era zurdo, tocaba la guitarra y la quena como un diestro (actitud que nunca apoye) y que fue en casa de Galo donde empezó el proyecto Tedidogs. Galo me pregunto si me sabia Flaca de Calamaro y solo le dije que si empezaba yo le seguía. En verdad me sentí un poco ofendido con la anterior pregunta ya que la aprendí cuando Willy la tocaba y mi hermana, el chancho Willian y yo le hacíamos los coros. Así que “flaca” era para mí una canción con historia y esas no se olvidan.
A diferencia de Heller, Galo tocaba la guitarra y cantaba sin pudor alguno. Hicimos una versión muy decente de Flaca y luego Galo improviso con una canción que no recordaría sino hasta meses después, y decía asi: El yuseff csm!, el yuseff csm!, es un perro csm, csm, csm!... recordé también como bailé ridículamente ese adefesio de canción.

Logré salir de la carpa, era ya de día y Heller me recordó que teníamos que regresar. No tome interés a lo que me dijo después pues en mi cabeza la incógnita sobre qué había pasado después del ridículo baile, no me dejaba concentrar. Mire dentro de la carpa, lo mas vistoso fue ver al gordo que ocupaba media carpa y que Galo estaba en su encima. El cholo y su hermano limpiaban la fogata. Todos despertaron y el pollo me conto como al ver que me ahogaba en el fondo de la carpa y que al ayudarme a levantarme, vomite encima de él y que tal hecho hizo que inmediatamente él vomitara también. En la casa de Pepe tomamos un cafecito y Pedro el hermano menor de Pepe se reía de mí diciendo que fui el primero en caer. Ni siquiera me molestaron los comentarios del grupo, yo solo quería regresar a mi casita y ducharme. Heller y yo nos despedimos de todos y subimos corriendo al primer mototaxi que vimos, lamentablemente tuvimos que subir atrás nuevamente.

Heller bajo del ómnibus pasando el Senati de la esperanza, lo vi perderse junto a su guitarra por las calles angostas y sin asfaltar. No quería sentirme culpable así que no imagine como seria cuando llegue a su casa lleno de arena y diga que estuvo en mi casa, ja!

El es mi ídolo sonaba ahora en mi mp3 y recordé con mucha pena que jamás podría ver juntos al trio sanmiguelino…ese trio desconocido integrado por Narea, Gonzales y Tapia. Tan desconocido que llenaban estadios y vendían muchos discos en Perú a pesar de ser Chilenos. Ese trio de amigos que un día quiero imaginar fueron tan amigos como los Tedidogs…

Dude al momento de elegir donde bajar del bus. Me baje cerca al ovalo Larco y camine hacia el ovalo Papal, en el camino unas bancas rojas y una duda aún mas grande. Continúe caminando…ya en casa y con el menor ruido posible me refugie en mi cuarto, lleno de vergüenza y recordándome de niño diciendo: “Nunca tomaré”.