marzo 22, 2009

Curita.

La Recoleta nunca tuvo como meta primordial el fabricar minicerebros lo bastante chatos como para poder deslizarse cómodamente por la grita de las respuestas “correctas” que dan acceso a las universidades amputadas de lo “universal”; mentes de opción única, homúnculos anémicos, víctimas de un sistema que termina por convertir al joven, no en hombre (o mujer), sino en cosa, en artefacto eficiente henchido de conocimientos de los cuales el factor humano ha sido eliminado.



lo tome de este blog... muy recomendable por cierto.